sabato 29 marzo 2003

 


LA GUERRA.


"Seré curioso"


Por Eduardo Galeano.


 


A mediados del año pasado, mientras esta guerra se estaba incubando,


George W. Bush declaró que "debemos estar listos para atacar en cualquier oscuro rincón del mundo". Irak es, pues, un oscuro rincón del mundo.


¿Creerá Bush que la civilización nació en Texas, y que sus compatriotas inventaron la escritura? ¿Nunca escuchó hablar de la biblioteca de Nínive, ni de la Torre de Babel, ni de los jardines colgantes de Babilonia? ¿No escuchó ni uno sólo de los cuentos de Las mil y una noches de Bagdad? ¿Quién lo eligió presidente del planeta?


A mí, nadie me llamó a votar en esas elecciones. ¿Y a ustedes?


¿Elegiríamos a un presidente sordo?


¿A un hombre incapaz de escuchar nada más que los ecos de su voz? ¿Sordo ante el trueno incesante de millones y millones de voces que en las calles del mundo están declarando la paz a la guerra?


 


En una manifestación pacifista, en Nueva York, un cartel pregunta:


"¿Por qué el petróleo nuestro está bajo las arenas de ellos?"


 


Estados Unidos ha anunciado una larga ocupación militar, después de


la victoria. Sus generales se harán cargo de establecer la democracia en Irak.


 


¿Será una democracia igual a la que regalaron a Haití, la


República Dominicana o Nicaragua? Ocuparon Haití durante diecinueve años y fundaron un poder militar que desembocó en la dictadura de Duvalier.


 


Ocuparon la Dominicana durante nueve años y fundaron la dictadura de Trujillo.


Ocuparon Nicaragua durante veintiún años y fundaron la dictadura de la


Familia Somoza.


 


La dinastía de los Somoza, que los marines habían puesto en el


trono, duró medio siglo, hasta que en 1979 fue barrida por la furia popular.


 


Entonces, el presidente Ronald Reagan montó a caballo y se lanzó a salvar a su país amenazado por la revolución sandinista. Nicaragua, pobre entre los


pobres, tenía, en total, cinco ascensores y una escalera mecánica, que no funcionaba. Pero Reagan denunciaba que Nicaragua era un peligro; y


mientras él hablaba, la televisión mostraba un mapa de Estados Unidos


tiñéndose de rojo desde el sur, para ilustrar la invasión inminente. 


 


El presidente Bush, le copia los discursos que siembran el pánico? ¿Bush dice Irak donde Reagan decía Nicaragua?


 


Títulos de los diarios, en los días previos a la guerra: "Estados


Unidos está pronto para resistir el ataque".


Record de ventas de cintas aislantes, máscaras antigases, píldoras


antirradiaciones... ¿Por qué tiene más miedo el verdugo que la


víctima?


 


¿Sólo por este clima de histeria colectiva? ¿O tiembla porque


presiente las consecuencias de sus actos? ¿Y si el petróleo iraquí incendiara el mundo?


 


¿No será esta guerra la mejor vitamina que el terrorismo


internacional está necesitando?


 


Nos dicen que Saddam Hussein alimenta a los fanáticos de Al-Qaida.


¿Un criadero de cuervos para que le arranquen los ojos? Los


fundamentalistas islámicos lo odian. Es satánico un país donde se ven películas de Hollywood, muchos colegios enseñan inglés, la mayoría musulmana no impide que los cristianos anden con la cruz al pecho y no es muy raro ver mujeres con pantalones y blusas audaces.


 


No hubo ningún iraquí entre los terroristas que voltearon las


torres de Nueva York. Casi todos eran de Arabia Saudí, el mejor cliente de Estados Unidos en el mundo. También es saudí Bin Laden, ese villano que los satélites persiguen mientras huye a caballo por el desierto, y que dice presente cada vez que Bush necesita sus servicios de ogro profesional.


 


¿Sabía usted que el presidente Eisenhower dijo, en 1953, que la


"guerra preventiva" era un invento de Hitler? Dijo: "Francamente, yo no me tomaría en serio a nadie que me viniera a proponer una cosa semejante".


 

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